21/04/2021


Noticias de guion

El don y el abandono


 

Empiezo siempre los talleres con una vista general de la historia del guion: sus fuentes, sus claves históricas, su «papel» en el proyecto para llegar a ser una película y, –porque es un tema que siempre preocupa a los principiantes– el puente entre literatura y escritura audiovisual.

Después de esto, aclaro que la gente de cine es gente de acción, y como para nadar hay que saltar o a como mínimo entrar en el agua, propongo los siguientes ejercicios con el objetivo de aprender a pensar en imágenes y poder generarlas de forma creativa:

I) Consigna:

Con la mirada de una imagen fotográfica se buscará que el participante exprese de forma escrita las acciones que evoca (o cómo pensar en la imagen fija volviéndose movimiento).

1 – ¿Qué te pasa al observar esta fotografía? ¿Qué ocurre dentro de ti? ¿Sientes miedo, deseo, emoción, interés, intriga?

2 – ¿Qué ves, qué crees que sucede en esa imagen? Describe la situación.

3 – ¿Se identifica con algo de tu propia historia?

4 – ¿Cómo proyectarías esa identificación en otro relato? No necesariamente debe ser la transcripción de tu experiencia personal.

5 – Relátalo en una forma escrita de cortometraje (argumento es suficiente, pero si vienen secuencias, y diálogos, lo aceptaremos), y siguiendo estas dos indicaciones:

a) La foto es la primera y también la ultima escena del corto.

b) El corto debe contener una noción de ritual.

Después de haber empezado con la adaptación de una foto en pre-guion, y haber escuchado los resultados y haber intercambiado alrededor de ellos, pasamos a la segunda etapa.

II) Consigna:

Con la lectura de un fragmento de obra literaria se buscará que el participante exprese en forma escrita pensando a una adaptación audiovisual las acciones que evoca (o cómo pensar en un relato volviéndose movimiento).

1 – Lee atentamente el texto y responde si este texto será el comienzo de tu historia o lo colocarás dentro o al final de la misma.

2 – Responde al concepto: Idea – interpretación del texto.

3 – Piensa: de los dos personajes centrales, cuál tiene más información del hecho. Y si hay alguien más que conoce los detalles de lo que acontecerá.

4 – Desarrolla visualmente el relato en 10 tomas.

5 – Realiza el desglose de las 10 tomas, incluyendo acciones y escala de planos.

6 – Encabeza la escena indicando si es interior o exterior; día, noche, etc.

7 – ¿Cómo imaginas el escenario? Descripción.

8 – Construye una planta y ubica en ella posiciones de cámara (fija o en movimiento). De igual manera sitúa los personajes.

9 – Responde qué colores predominarían en tu propuesta de imagen.

10 – Comenta el sonido que incluirías (clima y atmósfera).

Aquí es la ocasión de hablar de la focalización (¿quién cuenta?, ¿quién es la instancia que enuncia?), de la ironía dramática definida por Alfred Hitchcock, de la elaboración de los personajes y del relato, de cómo explorar la representación intelectual y afectiva, de cómo fortalecer la emoción… Después, mis alumnos escriben y leen, después viene el debate y luego la tercera etapa.

III) Consigna:

Material: un fragmento de un film. A partir de visionar imágenes en movimiento aisladas de su contexto, los participantes identifican la estructura y luego serán orientados a formular otras lecturas, otros puntos de vista de esa narración, logrando armar otro relato de su autoría. De estas imágenes en movimiento se evocan personajes con sus historias. Hay que visionar los fragmentos y responder a una serie de preguntas sobre el sonido, la imagen, el modo de transmisión de la emoción, lo no dicho y la universalidad.

Aquí es la ocasión de hablar de la relación con la semiología. Nociones de destino, de telepatía, del envejecimiento de los personajes en la ficción, de las señales transmitidas por el inconsciente, de los protagonistas, de los espacios dejados vacíos, la acción flotando en la situación en una relación onírica (la visión interior en la cual una imagen pone en comunicación con un sentimiento), de la relación entre el documental y la ficción, del sentido del plano, del cuadro, de la luz, de la perspectiva, del tiempo, de la cronología, de las licencias espacio-temporales, del tríptico… Y de nuevo… teoría… y de nuevo… trabajo, lecturas, debate.

Estos son los ejercicios prácticos de base que utilizo, cruzados con grandes líneas teóricas. François Truffaut decía que en las adaptaciones se sentía mucho más libre en expresar sus sentimientos propios que en sus obras originales donde lo «prohibido» actuaba mucho más (el superyo) por saber qué secretos personales tenían que ser guardados. Cuando adaptamos nos lavamos las manos, pensando «esta historia no es la mía.»

Con el tiempo, me doy cuenta de que cualquiera que sea mi intervención, ya sea vestida de la terminología «Conferencia», «Curso», «Clase», «Workshop»,»Taller»,»Tutoría», «Dictamen», «Scriptdoctoring», el camino es igual: entender qué quieren hacer las personas que están enfrente. ¿Por qué quieren hacerlo a través de ese soporte? ¿Cómo proyectan de hacerlo o cómo lo han hecho ya? ¿Cómo podrían mejorar sus herramientas? Con el sentido de que más que arte, –se llama séptimo arte–, escribir guiones es artesanía.

Y más que saber cómo fabricar, por ejemplo, el respaldo de presentación  (sinopsis, nota de intención, currículum, portfolio con ideas de casting, locaciones…), lo que es útil y siempre estudiamos para «cerrar» un proyecto, por lo que me consagro sobre todo como «tutor», es en ayudar al guionista que busca mejorar su proyecto en mejorarse y entenderse a sí mismo. Porque otra concepción mía es que un guion es un reflejo de la vida, y que para entender un guion hay que entender la vida y amar a sus personajes.

Y una última complicación: los personajes de una película representan el prisma de las personalidades múltiples del protagonista. Como en mi propia agenda: yo sé que cada persona es una representación de una parte de mí, conocida por mí a veces de manera clara, a veces sin que sea consciente (otra vez utilizo la palabra consciente). Así que no hay personajes en un guion sino un protagonista dividido… entre él, sus proyecciones y sus propios antagonistas.

En conclusión, es tan simple y tan complicado que siempre voy por el camino siguiente para no perderme (o creer no perderme): escribir es elegir una posición, y cambiar la escritura no es seguir unas reglas cuadriculadas (aunque hay que conocerlas) o ordenadas como obligatorias, es cambiar de posición. Es como para bailar, cuenta tanto la mano como el corazón… y, por supuesto, la oreja que escucha la música, la sala de baile, la pista, los otros bailarines… Y escribir, como bailar, es establecer una relación. En el caso que nos preocupa aquí, el caso del guion, es un dispositivo que se da al director, que lo transmite a los actores, que lo dan a la cámara, que lo da al montajista que lo envía, por procesos diversos, a las salas que lo proyectan al público que lo recibe… En resumen, una serie de locuras que comunican como en una carrera de relevos… Mas poéticamente, una serie de dones y de abandonos… ¡como la vida! El que no lo sabe no ha bailado.

 

Michel MARX

Novelista, guionista y Script doctor francés

02/03/2015 23:00:08

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