30/10/2020
El cineasta argentino Alejandro Fadel, que participó en la muestra de cine latinoamericano en La Paz (Bolivia), dice que la televisión es una opción para el cine. “Me gusta pensar que no sé”, responde Alejandro Fadel, el cineasta argentino, sobre el tipo de cine que quiere hacer. Lo que sí tiene claro es lo que le mueve: “Tratar de entender las relaciones entre las personas, sus misterios, cómo indagar en ellos y descubrir algo que no sabía antes de empezar a filmar”, según dijo al diario La Razón.
Y lo anterior lo dice un guionista, alguien que escribe sobre lo que va a pasar en una película. “Es que el guion debe ser una guía, una plataforma dónde pararse para organizar un relato —aclara—; una filmación no puede quedar presa de ese guion”. Mejor si “queda sepultado por la importancia de una cámara que está registrando personas, lugares... un guion es más indispensable cuando es capaz de morir en el proceso”.
Fadel (27) participa de la VI Muestra de Cine Latinoamericano en La Paz. Ayer se proyectaron dos de sus obras: Leonera, de la que es guionista, y El amor (parte 1) que ha dirigido.
Formado durante tres años y medio en la Universidad de Cine de Buenos Aires, Fadel cuenta que mientras estudiaba “no tenía mucha idea de lo que iba a pasar”. Ya “cuando me encontré filmando, casi de casualidad, me di cuenta de que no iba a hacer otra cosa... fue naciendo solo”.
No es fácil ser cineasta, dice, pues aun cuando en Argentina se está filmando mucho, las películas no tienen la misma recepción entre el público respecto a las del circuito comercial.
Lo dicho no es nuevo para quienes hacen cine en Bolivia y en otros puntos del continente. Y tampoco es la primera vez que se apunta a la distribución y comercialización como parte del problema. Mientras se piensa en medidas de conjunto, las alternativas dependen de los mismos cineastas, muestra Fadel. “El amor... es una película de bajo costo. La proyectamos en un museo de arte moderno, nada solemne, dos días a la semana. El boca a boca funcionó y lo que pensamos que iba a durar un mes se extendió a seis”. El director puntualiza: “No estoy diciendo que ésta sea la fórmula, sino que hay que inventarse alguna para atraer al público”.
En esa batalla, las muestras, como la que se desarrolla en el país, son un arma. “La prueba es que me están entrevistando y la gente sabrá que algo distinto pasa, y que hay cine panameño, guatemalteco... yo mismo me enteraré pues siendo latinoamericanos nos conocemos poco”.
¿Y la televisión? “La relación es extraña”, reconoce. “Hay quienes creen que si hacen televisión se ensucian las manos. Yo estoy escribiendo para este medio pues creo que es un lugar donde también se puede encontrar libertad”. La prueba de que el diálogo es posible está en producciones exitosas como Los simuladores (Damián Szifrón), Okupas (Bruno Stagnaro) o Tumberos y Disputas (Adrián Caetano). “A estos cineastas les dieron la libertad de hacer y le cambiaron el rostro a la Tv”, apunta Fadel antes de irse a recorrer la calle Sagárnaga de La Paz.
© La Razón / abc guionistas
28/10/2008 09:09:34
Si te ha sido útil la noticia y deseas compartirla con más personas puedes hacerlo desde aquí, pulsando los botones.